COMISIÓN MILITAR DE EE UU

El proceso de Al Nashiri choca con los métodos legales de Guantánamo

La "comisión militar" que podría condenar a muerte al saudí Abdl al-Rahim al-Nashiri, preso en Guantánamo, cerró dos días de vistas en la que la defensa definió de "fachada de justicia".
El proceso de Al Nashiri choca con los métodos legales de Guantánamo
El jefe de los fiscales en el caso contra el saudí Abdl al-Rahim al-Nashiri, el general de brigada Mark Martins. Foto: EFE

La "comisión militar" que podría condenar a muerte al saudí Abdl al-Rahim al-Nashiri, preso en Guantánamo, cerró dos días de vistas en la que la defensa definió de "fachada de justicia" los procedimientos impuestos en este tribunal de guerra para terroristas. Tras las primeras vistas de noviembre previas al juicio contra Al Nashiri, la defensa expuso estos dos días las dificultades para representar al detenido debido a las normas de la prisión de alta seguridad de la Bahía de Guantánamo y a las especificidades del complejo caso de Al Nashiri.

"En el día de hoy todo ha girado en torno a mantener secretos e imponer reglas que son improbables en una corte federal o cualquier otro tribunal estadounidense", indicó el abogado civil de Al Nashiri, Richard Kammen. El juez, el coronel del Ejército James Pohl, pasó por la decena de mociones presentadas por la defensa, pero siguió sin establecer el inicio del juicio formal y citó a las partes a una nueva vista a mediados de abril que podría durar más de dos días.

Al Nashiri, de 47 años, es el primer recluso de Guantánamo que se enfrenta a la pena de muerte y el primero juzgado en estas "comisiones militares" reformadas por el presidente de EEUU, Barack Obama, y tienen como objetivo juzgar como enemigos de guerra a combatientes irregulares como los miembros de Al Qaeda.

El saudí fue detenido en otoño de 2002 y trasladado a cárceles secretas, donde fue interrogado con métodos considerados tortura, como el ahogamiento simulado, algo que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha reconocido. La fiscalía reiteró la necesidad de que se proteja la información clasificada que podría tratarse en el juicio por seguridad nacional, mientras que de nuevo Kammen recordó que la formula legal de Guantánamo deja a su cliente en desventaja.

"No saben lo difícil que es desplazarse hasta aquí abajo y todo lo que se necesita", indicó Kammen, que añadió que las imposiciones de Guantánamo no se dan en un tribunal nacional. Al Nashiri, considerado uno de los pocos presos de "alto valor" del penal, volvió a asistir a la vista vestido de blanco y escuchaba la traducción por los auriculares, sentado en la mesa de la defensa sin grilletes ni esposas.

El saudí, que ha pasado cinco años y cuatro meses en Guantánamo, es el primero que se sienta en la nueva sala de "Campo Justicia", fuertemente vigilada por francotiradores, vallas y alambre de púas, y también el primero que se enfrenta a la pena capital. En noviembre, la fiscalía pidió que Al Nashiri sea ejecutado por planear el ataque suicida al destructor "Cole" en 2000 frente a Adén, Yemen, en cuya explosión murieron 17 marinos y fueron heridos 39, así como por conspiración, por sus vínculos con Osama bin Laden y su lugarteniente Ayman al Zawahiri.

Varios familiares de las víctimas de aquel atentado asistieron estos dos días a la sala de "Campo Justicia", un edificio prefabricado con apariencia de temporal, donde han tenido que cruzarse con el acusado cuando era trasladado en los recesos. Jesse Nieto, padre de Marc, uno de los marinos que perdieron la vida en el atentado del "Cole" junto con otros 16 más, dijo a sus 68 años que sólo espera "estar vivo el día que se haga justicia", mientras que Olivia Rux, esposa de uno de los fallecidos, recordó que ha esperado la justicia más de 11 años "en una completa oscuridad".

Otro de los problemas a los que se enfrenta la defensa es el acceso a información clasificada, algo de gran complejidad si se tiene en cuenta que Al Nashiri fue detenido por la Agencia Central de Inteligencia en Emiratos Árabes Unidos e interrogado en secreto el prisiones clandestinas. Con todo, el proceso contra Al Nashiri en la aislada base de Guantánamo sigue a la espera de juicio, mientras que la defensa recuerda que el Gobierno estadounidense no lo dejará salir de este recinto sellado al mundo ni siquiera si recibe sentencia absolutoria.

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