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On the Road

On the Road

El otro día tuve un sueño. Ojalá hubiese sido como el de Martin Luther King y uno de los discursos más famosos de todos los tiempos.

Los sucesos e imágenes mientras dormía, no tenían como escenario la capital de los Estados Unidos de América, en presencia del monumento a Abraham Lincoln y más de 200.000 testigos unidos para hacer frente a un interés común; los derechos civiles de los afroamericanos.

Las tablas del sueño eran muy distintas a las de aquel verano de 1968. Estaba en una carretera; kilómetros y kilómetros de asfalto que no conducían a ninguna parte.

Autopistas castigadas por el paso del tiempo; recalentadas por un sol fuerte y despiadado;  flanqueadas por moteles de mala muerte, dinners, campings y gasolineras; cicatrizadas por líneas perfectas cargadas de significado; habitadas por hippies, moteros, pistoleros, prófugos, aventureros, prostitutas, rockeros…, personajes que son historia, leyenda de las carreteras, símbolos de la soledad, pero que no hicieron historia.

Como en todos los sueños, las imágenes y los sucesos, sin orden cronológico, saltaban a su antojo y cambiaban la escena según el devenir de los acontecimientos.

Tres hombres vestidos de negro, encapuchados y armados entran en las oficinas del semanario satírico francés Charlie Hebdo, abren fuego en un intenso tiroteo que dura más de diez minutos; 50 tiros,  11 muertos.

Confusión y caos; kilómetros y kilómetros de grava y asfalto, millones de segundos, minutos  en blanco, horas llenas de nada.

Un domingo de tantos, ciudad de Buenos Aires.  Sobre uno de los felpudos del exclusivo barrio de Puerto Madero yace un periódico intacto en el mismo lugar. El rotativo que espera ser leído.

Lunes por la mañana, sigo aquí, en el maravilloso país de La Pampa y los atardeceres azul violáceo; el diario indemne, sobre el felpudo, espera paciente replicas, opiniones, sugerencias.

Rodeada por lujosas torres de cristal, espacios culturales envidiables y oasis verdes, al abrigo de un amanecer espectacular, en el lujoso Puerto Madero las autoridades argentinas encuentran el cadáver de Alberto Nisman; el fiscal argentino que investigaba el atentado contra la mutua judía AMIA de 1994 que dejó 85 muertos. El fiscal que acusó a Cristina Fernández de “fabricar la inocencia iraní”. El fiscal que sabía demasiado. El fiscal que nunca leyó su periódico.

Kilómetros y kilómetros de autopista a ningún sitio, llenas de blanco, llenas de nada.

El mar de Libia; aguas profundas y cerradas reflejan el paso resignado de veintiún hombres que,  enfundados en mono naranja, son conducidos por verdugos encapuchados.

Los rehenes, con el mar como único  testigo, son arrojados a la arena y decapitados. Las aguas mediterráneas se tiñen de sangre cristiana.

Kilómetros y kilómetros de una ciudad a otra, llenas de blanco, llenas de nada.

Chichiriviche, bella localidad caribeña de lagunas, ensenadas, playas bañadas por aguas cristalinas y cientos de metros de arrecifes de coral explosivos y coloridos.

Como las carreteras de mi sueño, Chichiriviche es retiro y destino de muchos: parejas de enamorados, mochileros, viajeros, terroristas, asesinos en serie…

De Juana Chaos, condenado judicialmente por su participación en 25 asesinatos, ha encontrado su exilio dorado en uno de los mejores rincones del mar Caribe.

Paraíso de orgullo para unos, infierno y vergüenza de otros.

Kilómetros y kilómetros de vías, que por la naturaleza desgraciada, rebelde, egoísta e interesada de sus protagonistas jamás llegarán a nada. 

On the Road