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El autismo que padece la universidad española

La profesora, Clara Eugenia Núñez, cree que esta institución vive al margen de las necesidades sociales.
El autismo que padece la universidad española
Clara Eugenia Núñez, profesora de Historia Económica de la UNED. diarioSí.com

Clara Eugenia Núñez, profesora de Historia Económica de la UNED, reflexiona este miércoles en una conferencia sobre el sistema universitario español y se pregunta si este realmente tiene en cuenta las necesidades de la sociedad española.

Con un “no” rotundo como respuesta a esta pregunta, Clara Eugenia Núñez explica los motivos por los que considera a esta institución “autista y cerrada en sí misma” y comenta algunas de las reformas más polémicas que se han llevado a cabo en el sistema universitario español en los últimos tiempos.

El título de su conferencia es, '¿Responde la universidad a las necesidades de la sociedad española en el siglo XXI?'. Yo le hago esa misma pregunta Clara. ¿Responde la universidad a las necesidades de la sociedad española en el siglo XXI?

No, no responde a esas necesidades básicamente porque es una universidad casi podríamos decir autista que está al margen de las necesidades sociales y tremendamente intervenida por el Estado.

En los últimos meses los estudiantes se han manifestado en numerosas ocasiones con un eslogan que decía “Empresa fuera de la universidad”. Bien, si uno se plantea quién está dentro de la universidad, es decir, quién es el que configura lo que son las titulaciones o la investigación que se hace, es el Estado, es decir, si no son las empresas privadas hay otra institución que interviene. Las universidades no son verdaderamente autónomas en la medida en que no disponen de fondos propios de financiación, o bien las financia el usuario a través de tasas o bien con fondos propios con inversiones o bien se financian con transferencias de empresas o del Estado.

En la medida en que uno no tiene fondos propios no tiene capacidad para decidir lo que va a hacer y lo que no, es decir, qué titulaciones va a desarrollar o cuáles va a cerrar, depende de la financiación y la financiación en el caso de las universidades españolas es fundamentalmente pública. De hecho, los profesores somos de un porcentaje altísimo funcionarios del Estado y eso ya nos da una idea de quién está configurando los servicios de la universidad. Nosotros como funcionarios no estamos íntimamente relacionados con los problemas de nuestro entorno, con los problemas de la sociedad, y por tanto, nuestros planes de estudios, nuestras titulaciones y nuestra investigación están, también, al margen de estas necesidades.

Otro de los problemas graves que tiene la universidad es que derivada de esa dependencia tan directa del Estado y el hecho de que seamos funcionarios la convierte en una universidad más que autónoma, cerrada en sí misma y eso se ve en los procesos de reclutamiento de profesores e investigadores. Y es que rara vez esos procesos son internacionales algo que es curiosos ya que nuestros investigadores salen fuera y sí son contratados en el extranjero, sin embrago en las universidades españolas son muy pocos los extranjeros que hay porque somos una universidad  de funcionarios, estatal, cerrada sobre sí misma en la defensa de sus privilegios.

Hemos asistido a sucesivas reformas que han afectado al sistema universitario español, como el incremento en las tasas de matriculación defendido por el ministro de Educación, José Ignacio Wert hasta la saciedad o la polémica reducción en las becas Erasmus. ¿Qué opinión le merecen estas dos medidas en concreto?

 

Yo soy de la opinión de que la universidad no es una etapa de enseñanza obligatoria y el porcentaje de estudiantes del grupo de edad correspondiente no justifica que la financiación de la universidad sea mayoritariamente pública como es en España, donde los estudiantes a penas financian en torno a un 15 por ciento de los costes de la titulación, sobre todo teniendo en cuenta las elevadas tasas de abandono del sistema. Es decir, si los estudiantes acabaran sus carreras en plazo tendrían más justificación pero que se les permita mantener sus estudios independientemente de los años que necesiten, supone unos costes tremendos que, de hecho, están financiando otros jóvenes que no van a la universidad. En este sentido, yo creo que está justificado un aumento de tasas, es decir, el usuario debería pagar una parte más elevada del coste de su formación.

Ahora bien, no es el mejor momento para subir las tasas en medio de una crisis económica como la que está sufriendo el país y que afecta fundamentalmente a las familias, en este momento lo que se impone es una inversión contracíclica en educación, lo que habría que facilitar es que los jóvenes siguieran formándose para poder integrarse en el futuro en el mercado laboral.

Respecto a las becas Erasmus, no estoy muy segura de las cuantías en las que han disminuido pero el argumento vuelve a ser el mismo, España es hoy más pobre de lo que lo era hace unos años y no se recauda el dinero necesario para financiar todas las necesidades públicas, por tanto, al igual que ha habido recortes en Sanidad, en Educación, en inversiones en obra pública, etcétera, es lógico que haya recortes en las becas. Dicho lo cual, considero que también es un mal momento porque todo esto se une a los recortes que las propias familias están haciendo, ya que tienen menos ingresos y se encuentran con más dificultades para financiar los estudios de sus hijos.

Lo que deben entender los estudiantes es que no hay más fondos, no somos tan ricos hoy como lo éramos hace seis, ocho o diez años, entonces, en términos económicos es lógico que caigan las becas. ¿Que podrían disminuir otras partidas y que la administración podría haber hecho otros ajustes? Probablemente. Yo ya le digo que dentro de las universidades se podrían haber hecho ajustes que no se han hecho, lo que podría haber liberado fondos para que las tasas académicas no tuvieran que subir tanto y para que hubiera más becas Erasmus, pero no se han llevado a cabo.

En cuanto a la cuestionada Lomce, conocida en la calle como 'Ley Wert', que introduce evaluaciones externas y estandarizadas y que es criticada porque se cree que podría dejar fuera del sistema educativo a los alumnos que no las superen. ¿Qué le parece?

Yo tengo opiniones encontradas respecto a la ley, es una ley que se queda muy corta, que se ha planteado con una cierta premura sin profundo conocimiento del tema, pero que sí toca o introduce algunas reformas que eran absolutamente necesarias.

Es bueno que haya un Estado que controle los resultados y que les pueda decir tanto a los centros públicos como privados, en concreto a los segundos, que si no cumplen con los objetivos requeridos se les retirará la licencia, y a los públicos que no cumplan su cometido, que se les aplique medidas de ajuste pues a lo mejor necesitan más profesores o un cambio del profesorado o intervenciones de otro tipo, pero si no se conoce la naturaleza del problema no se le puede poner remedio.

A los niños les estamos tratando y les estamos dando formación sin saber lo que cada uno requiere en cada momento, sin saber si están en condiciones de seguir con aprovechamiento de unos niveles u otros, simplemente por el factor edad porque al estar en determinada edad, la ley requiere que pasen de curso incluso con suspensos, bien, el fracaso es dramático y no podemos permitirnos dejar sin formación a una generación tras otra.

La profesora Clara Eugenia Núñez fue directora general de Universidades e Investigación de la Comunidad de Madrid del 2003 al 2009, y es autora del libro 'Universidad y Ciencia en España: Claves de un fracaso y vías de solución', en el que analiza las sucesivas reformas acaecidas en el sistema universitario español y las claves para conseguir la eficiencia.

La conferencia que ofrece este miércoles está organizada por el Departamento de Ciencia Política y el Aula de Debate de la Universidad de Murcia, y se celebrará en el salón de actos del Edificio Rector Sabater, a las 19:00 horas. 

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