Los inversores profundizan este viernes en su decepción por la falta de acción del Banco Central Europeo (BCE) que, según sus cálculos, condena a España a un callejón sin salida al complicarle su financiación en los mercados. Y cerrando un círculo vicioso característico de estas situaciones, esa impresión que se vive en los mercados lleva a elevar aún más el coste de la deuda española, que este viernes ya paga una rentabilidad en los bonos a 10 años que se acerca al 7,3%.

Así, la prima de riesgo de España -que mide la diferencia entre el rendimiento exigido por los mercados a los bonos españoles a 10 años y el que ofrecen los alemanes del mismo plazo- se ha disparado de nuevo hasta los 600 puntos media hora después de la apertura, con lo que superaba en siete puntos el cierre del jueves.

La falta de contundencia y de medidas concretas en la comparecencia del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quebró las expectativas del mercado, hundió las Bolsas europeas y disparó la prima de riesgo de los países periféricos de la zona del euro.

Los mercados esperaban que Draghi anunciara medidas concretas para aliviar la presión desde que la pasada semana asegurara que haría "todo lo necesario" para preservar la moneda única, lo que se tradujo en una cierta euforia en las Bolsas y en el mercado secundario de deuda.

Sin embargo, tras la reunión del consejo de gobierno del BCE, Draghi se ha limitado a apuntar que el organismo actuará solo bajo la "estricta condicionalidad" de que los países interesados pidan que se activen los fondos europeos de rescate para comprar deuda soberana.