Las elecciones catalanas se saldan con un resultado muy reñido y casi un triple empate. El PSC de Salvador Illa ha sido el partido más votado en Cataluña, pero empata en 33 escaños con ERC, al que sigue Junts con 32. Los independentistas podrán mantener así el Govern de la Generalitat ya que junto a la CUP superan la mayoría absoluta. Vox entra con fuerza en el Parlament con once representantes, colocándose como cuarto partido en Cataluña y como líder del bloque conservador, mientras que la CUP sube a quinta fuerza con nueve diputados. En Comú Podem iguala su resultado de 2017 con ocho escaños pero baja a la sexta posición, por delante de la formación que se lleva el mayor mazazo de la noche electoral- Ciudadanos- que se deja por el camino 30 diputados. El PP sigue en caída libre en Cataluña y se sitúa como una fuerza residual con tres representantes. 

Este 14F marcado por la pandemia de coronavirus y por una caída histórica de la participación hasta el 53,38%- la más baja de la democracia en esta comunidad- ha sacudido el tablero político catalán, pero el resultado final puede ser el mismo: un Govern de corte independentista si los actuales socios, ERC y Junts, más divididos que nunca, consiguen un acuerdo de coalición y este es respaldado por la CUP. 

Se repite una situación similar a la de 2017, cuando un partido no secesionista se hacía con el triunfo electoral. Entonces fue Ciudadanos el que ganó pero no le sirvió de nada e Inés Arrimadas ni siquiera llegó a presentarse a la investidura, algo que sí hará Salvador Illa, tal y como ha dicho en toda la campaña y ha corroborado esta misma noche electoral. "Me presentaré a la investidura", ha dicho en su comparecencia tras conocer los resultados. 

Esta vez hay otra suma posible en los números pero casi imposible en las intenciones. Además de la suma independentista es factible un tripartito de izquierdas formado por PSC, ERC y En Comú Podem, que suma 74 escaños- exactamente los mismos que la mayoría independentista. Socialistas y republicanos lo han rechazado de plano- el PSC de palabra, por activa y por pasiva; y ERC incluso por escrito, firmando junto al resto de fuerzas independentistas un cordón sanitario a los socialistas, mientras que los 'comunes' abogan por esa suma progresista para el cambio en Cataluña y así lo han vuelto a repetir tras esta jornada electoral.

Se inicia un nuevo ciclo político en Cataluña casi tres años y medio después del referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia que derivó en la aplicación del artículo 155, la huida a Bélgica del expresident Carles Puigdemont y la celebración de un juicio histórico que llevó a la cárcel a los principales líderes independentistas, ahora en tercer grado. Un ciclo en el que el bloque independentista suma 74 diputados frente al arco parlamentario no independentista (PSC, Vox, En Comú Podem, Ciudadanos y PP) que alcanza los 61 representantes. En porcentaje de voto y sumando a los partidos con y sin presentación en el Parlament, el independentismo obtiene el 51,3% de los votos en Cataluña frente al 48,7 no secesionista. 

Son estas unas elecciones con una clara repercusión nacional que tendrán un efecto indiscutible en una mayor o menor estabilidad para el Gobierno central. El Govern que salga de estos comicios tendrá que iniciar una nueva relación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, pendientes además de la resolución de los indultos a los presos y de la convocatoria de una mesa de negociación con Cataluña, apoyada por ERC pero no por Junts.